Radioterapia para cánceres de cabeza y cuello
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La radioterapia se utiliza a menudo para tratar los cánceres de cabeza y cuello. Los cánceres de cabeza y cuello también pueden tratarse con cirugía, quimioterapia, terapia dirigida, y inmunoterapia. La radiación se puede utilizar sola o con otro tratamiento, como cirugía (antes o después) o quimioterapia. Terapia de protones, terapia de fotones, o braquiterapia (radioterapia interna) se puede utilizar para el tratamiento.
¿Qué debo esperar durante el tratamiento?
Antes de comenzar la radioterapia, se le realizará una consulta inicial (reunión) con su oncólogo radioterapeuta para decidir si la radiación es adecuada para usted y para revisar el consentimiento para el tratamiento. Si planea recibir radiación, tendrá una Simulación de TC. Durante la simulación, se le colocará en la posición en la que estará durante sus tratamientos y se tomarán fotografías del interior de su cuerpo. Dispositivos de inmovilización (cosas que le ayudan a permanecer quieto durante el tratamiento) y tatuajes a menudo se utilizan para asegurarse de que usted esté en la misma posición cada vez que recibe tratamiento.
Después de la simulación por TC, se elaborará un plan de tratamiento para usted. Durante el proceso de planificación del tratamiento, su oncólogo radioterapeuta decidirá ¿cuantos tratamientos? tendrás y con qué frecuencia. Hay muchas personas en su equipo de cuidado radiológica, a algunos los conocerás y otras permanecerán detrás de escena.
¿Qué efectos secundarios debo esperar durante el tratamiento?
La radiación se utiliza para matar células cancerosas, pero también puede dañar las células normales en el área de tratamiento. Algunos efectos secundarios del tratamiento con radiación son causados por el daño a las células normales. Los efectos secundarios de la radiación son causados por el efecto acumulativo (la acumulación de radiación con el tiempo) en las células. Estos efectos ocurren con el tiempo y es posible que no tenga ningún efecto secundario hasta después de algunas semanas de tratamiento. Los posibles efectos secundarios de la radioterapia dependen del área del cuerpo que se esté tratando.
Visitará a su equipo de cuidado de radiación una vez por semana mientras recibe el tratamiento. Esta visita le brinda la oportunidad de hacer preguntas y hablar sobre los efectos secundarios y la mejor manera de controlarlos. Si comienza a tener un efecto secundario nuevo o que empeora, debe llamar a su equipo de cuidado. Cada paciente es diferente, por lo que es posible que no tenga todos los efectos secundarios posibles. Hable con su equipo de cuidado médica sobre lo que puede esperar de su tratamiento.
Efectos secundarios a corto plazo
Los efectos secundarios a corto plazo comienzan durante o poco después del tratamiento de radiación. Algunos de los efectos secundarios a corto plazo más comunes de la radioterapia para el cáncer de cabeza y cuello son:
- Irritación de la piel: La piel de la zona tratada puede enrojecerse, irritarse, secarse o volverse sensible. Esto puede comenzar a parecer una quemadura solar. Trate la piel con suavidad para evitar más irritación y báñese con cuidado, utilizando solo agua tibia y jabón suave. No use lociones o jabones perfumados o aromáticos y evite la exposición al sol, ya que pueden causar más irritación.
- Mucositis (llagas en la boca): Suele comenzar entre 2 y 3 semanas después del inicio del tratamiento y comienza a mejorar aproximadamente 2 semanas después de finalizado el tratamiento.
- Esofagitis (hinchazón del esófago): Hinchazón del esófago (el conducto que conecta la garganta con el estómago) que provoca dolor y molestias al tragar. Se describe como tener un “bulto” en la garganta. Comienza entre 2 y 3 semanas después de iniciar el tratamiento y comienza a mejorar entre 7 y 10 días después de finalizar el tratamiento.
- Xerostomía (boca seca): Esto puede incluir saliva espesa o fibrosa. Comienza unas semanas después del tratamiento. Puede ser un efecto secundario que mejora durante el año posterior al tratamiento o puede ser una pérdida permanente de la producción de saliva.
- Cambios en el gusto: Los cambios pueden incluir un gusto metálico y no querer comer ciertos alimentos. Estos suelen mejorar con el tiempo después de terminar la terapia, pero pueden durar un año o más.
- Fatiga: La fatiga es una sensación de cansancio o agotamiento intenso. Es muy común y suele comenzar unas semanas después del tratamiento. La fatiga suele mejorar lentamente durante las semanas y meses posteriores al tratamiento.
- Náuseas: Las náuseas son cuando sientes malestar estomacal o vomitas. Esto es común y puede comenzar durante o inmediatamente después del tratamiento y durar semanas después de que finalice el tratamiento. Si te sientes mal o vomitas, avísale a tu equipo de atención para que te ayuden a controlar este efecto secundario.
- Alopecia (pérdida de cabello): Es posible que pierda cabello en la zona donde recibió la radiación. El cabello suele volver a crecer aproximadamente un mes después del tratamiento. Es posible que el cabello no vuelva a crecer exactamente como lo hacía antes del tratamiento y, en algunas personas, la pérdida de cabello es permanente.
- Dolor de oído: puede ser causado por hinchazón, infección o endurecimiento del cerumen. Suele mejorar en las semanas posteriores al tratamiento. A veces, las gotas para los oídos para ablandar el cerumen pueden ser útiles.
Efectos secundarios a largo plazo
Los efectos a largo plazo pueden aparecer meses o muchos años después del tratamiento y los riesgos dependen de la zona del cuerpo que se esté tratando. También pueden depender de las técnicas de radiación que se utilicen. Algunos de los efectos secundarios a largo plazo de la radiación en la cabeza y el cuello son:
- Xerostomía (boca seca): Esto puede convertirse en un problema a largo plazo (permanente), que puede afectar su calidad de vida y su salud dental. Su equipo de atención puede darle instrucciones para el cuidado dental y sugerirle productos para ayudar con la falta de saliva.
- Problemas para tragar: la radiación puede provocar la formación de tejido cicatricial meses o años después del tratamiento. Esto puede provocar problemas para tragar que comienzan muchos años después del tratamiento. Informe a su equipo de atención médica si tiene algún cambio en su capacidad para tragar.
- Fibrosis por radiación: Cicatriz de los músculos que puede aparecer en el área tratada, lo que hace que los músculos se sientan rígidos o duros. Estos músculos pueden tener espasmos, rigidez, dolor y/o debilitarse. La cicatrización de los músculos del cuello puede hacer que la cabeza gire e incline hacia un lado. La fisioterapia, ciertos medicamentos y la rehabilitación del cáncer pueden ayudar.
- Linfedema: Se trata de una hinchazón crónica (a largo plazo). En casos poco frecuentes, puede producirse linfedema en la zona del rostro, el mentón y el cuello. Informe a su médico si nota hinchazón. La fisioterapia se utiliza para tratar el linfedema. Obtenga más información sobre Reducir el riesgo de linfedema.
- Trismo: El trismo, también llamado trismo, es la incapacidad de abrir la boca con normalidad. Esto puede dificultar la alimentación, el habla o el cuidado dental. Su equipo de atención médica puede recomendar ejercicios de mandíbula para ayudar con el trismo.
- Osteorradionecrosis: La radiación daña las encías sanas que cubren el hueso maxilar. El hueso queda expuesto y, como no está cubierto, es más probable que se infecte o que no pueda sanar.
- Cáncer secundario: existe un riesgo bajo de desarrollar un segundo cáncer en el área de tratamiento o cerca de ella. Estos se denominan cánceres secundarios y se desarrollan a partir de la exposición del tejido sano a la radiación. Muchos de los tipos de radiación actuales ayudan a limitar esta exposición, pero no siempre es posible prevenir toda la exposición y aun así obtener los resultados deseados.
Los efectos secundarios pueden ser desagradables, pero algunos tratamientos pueden ayudarle a lidiar con ellos. Después del tratamiento, hable con su equipo de oncología sobre la posibilidad de recibir un plan de atención para sobrevivientes, que puede ayudarle a manejar la transición a la supervivencia y aprender sobre la vida después del cáncer. Puede crear su propio plan de atención para sobrevivientes utilizando el Plan de atención para sobrevivientes de OncoLife.